El Regreso - Bixrut
Capítulo 1


Como vuela el tiempo, se nos fue la mitad del Verano sin darnos cuenta.

Han pasado dos semanas desde que se fue Teresa, la echamos arto de menos, pero que le vamos hacer, así son las cosas. Cecilia y yo hemos disfrutado todos estos días de nuestro intenso romance. No hay día que en el estero no dejemos de hacernos el amor. Hemos explorado nuestros cuerpos, pulgada a pulgada, todo cuanto se nos viene a la imaginación lo hemos realizado, Dioses, que felicidad.

Hasta ahora en la casa, hemos disimulado muy bien, que ya no somos solo amigos, que somos, que nos queremos, a veces en la mesa, he pasado zozobras, cuando Cecilia no
contiene su amor y me da unas miradas cargadas de ternura. Pero felizmente doña Julia y menos aún don José, no han notado nada extraño.

- Bueno niños, ya que terminaron su almuerzo, les tengo algo que decirles.

Es doña Julia, quien nos habla, quizás que querrá decirnos.

- Llamó mi hermana desde Puerto Montt, la Chabela ya está mejor, y me preguntó si las chicas podían venir a pasar lo que queda del verano con nosotros.

- ¿Qué les dijiste mamita.?, supongo que le habrás dicho que bueno.

- Si hija, por supuesto, así uds. ya no estarán tan solos.

- ¡¡ Yiiiiipi.!! Que bueno, ¿viene la Tere sola?

- No hija, viene con la Chabela y para que lo sepan, se vienen esta noche, así que mañana llegan. Como ahora vienen las dos, tendremos que hacer arreglos, por lo tanto hoy no van al río, se quedan a ayudarme.

- Por supuesto doña Julia, Ud. mande, nosotros lo hacemos.

- Miren chicos, esto es lo que van hacer. Bix, la pieza que tu ocupas es más grande, así que se la dejaremos a la Tere y la Chabela, y tu te mudas a la pieza chica, sacan la otra cama y dejan dos en el cuarto que tu ocupabas. Así todos quedan contentos, Cecilia sola en su pieza, tu Bix en la pieza chica y mis sobrinas en el que era tu cuarto.

- Claro mamita, no hay problema, Bix y yo nos encargamos de todo.

- Tendrán que hacerlo, mi viejo y yo nos vamos al pueblo, tengo que ir hacer compras para recibir mañana a las visitas. A mi regreso espero que tengan todo listo, así que nadita de escaparse para el río.

Eso fue todo. Los viejos se fueron y yo quedé mascullando mis penas, Si solo llegara Tere no habría problema para continuar con nuestras sesiones de sexo, pero por desgracia también venía su hermana. Todo se complicaba, ¿Cuándo y donde Cecilia y yo podríamos estar a solas?

En fin, que diablos, alguna oportunidad tendríamos, aunque sería difícil.
Cecilia se fue a la cocina a lavar los platos, yo cogí la escoba y a hacer un poco de aseo se ha dicho. Apenas terminamos abajo, nos fuimos arriba a los dormitorios para empezar a hacer los cambios. Yo me fui a mi pieza primero para juntar mi ropa y mis cosas, en eso estaba cuando…

- ¿ amooor ? Ven. ( Cecilia me llama )

- Si, diiiii….. ¡¡ Cecilia ¡!, ay mi cielo..

Allí estaba mi amada, desnudita sobre la cama, en una pose muy erótica, enseñándome su cosita. Mi Dios, es tan linda, y así tan provocadora, mi compañero saltó de inmediato y amenazó con romperme el pantalón.

- Mi bixito querido, ven, aprovechemos que estamos solos, ven mi amorcito, te deseo tanto, ven tómame hazme tuya.

En un dos por tres estaba desnudo y me abalancé sobre ella, besos y caricias cada vez más intensas. Lamía y mordisqueaba sus pezones, mientras con mi mano, acariciaba su pubis, hasta llegar a su botoncito. Ella me comía a besos, suspiraba y gemía.
Pronto descendí por su cuerpo, recorriendo con mi boca, toda su piel, por fin con su hermosa flor a mi alcance, puse mis labios en ella, y con mi lengua le di todo aquello que yo sabía como le gustaba. Era tanto su deseo que apenas unos minutos demoró en lograr su orgasmo.

La dejé relajarse unos minutos, mientras en un abrazo muy estrecho, apretábamos nuestros cuerpos. Luego intenté hacerla mía, penetrarla en la forma que más parecía
gozar, pero no me lo permitió.

- No mi amor, así no.
- Hoy serás mío y me dejarás hacerlo como yo quiera,

- Si, amorcito, será como tu quieras.

Me hizo tenderme de espaldas, se arrodilló a ambos lados de mis caderas, cogió con sus manos lo que ella quería, luego descendió suavemente, fui penetrando lentamente en su vagina, hasta que la llené por completa.

- No te muevas mi bixito, no te muevas, déjame a mi solita.

Le obedecí plenamente, me quedé muy quieto, mientras muy despacio primero, después con más fuerza, fue moviendo su cuerpo hasta un loco frenesí, que en un instante me hizo alcanzar la gloria. Pero no fue suficiente ni para mi ni para ella. En una acción que no le conocía, contrajo sus músculos interiores lo que motivó a mi compañero, quien reaccionó a ese estímulo tan placentero, manteniéndose erguido y duro.

Luego me miró fijamente y sin apartar sus ojos de los míos en ni un solo instante, reinició su movimiento, esta vez fue todo más lento, se erguía y bajaba suavemente, me hablaba despacito, a cada rato me decía un “te quiero”, que parecía salirle de muy adentro.

No supe cuando rato estaríamos así, pero era tan hermoso que creo que fue una eternidad, luego y como si fuera un final apoteósico, contrajo sus músculos y llegó su orgasmo. Yo también me fui, fue tan lindo, que no lo puedo describir.

Estuvimos un ratito sin despegarnos, ella yacía sobre mi, abrazándome y besándome, con una ternura y un cariño, como nunca antes.
Después nos vestimos, había tareas que cumplir.

- ¿ Te gustó mi bixito?.

- Si mi amorcito, no sabes cuanto te quiero.

- Mañana llegan Tere y la Chabela, no se como lo haremos, pero tienes que prometerme, que buscarás la manera, de que me sigas haciendo tuya.

- Si Cecilia, ya encontraremos la forma de estar juntitos.

- Otra cosa bix, cariño, te amo, sabes muy bien cuanto te quiero, pero no he olvidado lo que me hiciste con Teresa, ese día me juraste que nunca más lo harías, quiero que me vuelvas a jurar y que me cumplas tu promesa.

Diablos, si que me acuerdo, sus palabras me hicieron recordar mi aventura con Tere y todo lo que había pasado, (como olvidarlo). Pero le volví a jurar aquel nunca más. Y ya tranquilos nos dedicamos a cumplir con lo que nos había pedido doña Julia. Pero a cada rato interrumpíamos nuestra labor, para abrazarnos y darnos besos.

Tengo que reconocerlo, Por Dios que quiero a mi Cecilia.

- Niños, niños, ¿dónde están?

Era la voz de doña Julia, que ya bien entrada la tarde, llegaba con su esposo de regreso de las compras.

- Aquí mamita, aquí estamos, pegados en la tele.

- Ay niños por Dios, vayan a ayudarle a mi viejo a entrar los paquetes, vengo tan cansada, me duelen mis pies de tanto vitrinear y hacer compras.

- Ya mamita, Ud. quédese tranquilita, bix y yo nos encargamos de todo.

Así transcurrió el resto del día, ya en la noche cuando nos fuimos a acostar, pude darle un besito de buenas noches, así a escondidas. Mañana sería otro día, iríamos a la estación a recibir a las visitas.



Capítulo 2



- Vamos niños, es hora de levantarse.

Son los gritos de doña Julia apurando nuestro despertar.

Demonios, si apenas son las 7 de la mañana, ¿para que tanto apuro?, si el tren no llega hasta las 12 del día. Uf.. maldición, tengo sueño. Como me gustaría quedarme otro ratito en la cama.

- Ya, ya, ya, doña Julia, me levanto al tiro.

- Háblale a Cecilia, que esa floja no me hace caso.

Hmmm, que diablos, a levantarse se ha dicho, ¿Dónde diablos quedaron mis pantalones limpios? ¿y mi remera a rayas?, con los cambios de habitación, tengo todo desordenado, y no hay que olvidar que vamos a recibir a Teresa y su hermana la Chabela.

- ¿Cecilia?, Cecilia despierta, tu mamá hace rato que está a gritos.

- Mmmmmm. Tengo sueño, es muy temprano. ¿y tu no me saludas?

- Claro que si amorcito, (muac, muac ,y muchos muacs).

Se colgó de mi cuello y me devoró a besos, Dios, que atrevimiento, ¿y si su mamá sube?, pero que diablos, la pasión y el amor son así, nunca mides las posibles consecuencias.

Sin siquiera pensarlo, introduje mis manos bajo las sábanas que ya a estas alturas solo cubrían su bajo vientre, y acaricié esa dorada cosita que tan bien conocía, mientras mis labios y mi lengua jugueteaban en su boca.

- vamos Cecilia amorcito, levántate o tu mamá nos a va a regañar.

- No, no quiero. Si quieres que me levante, dale unos besitos a mi cosita primero.

- Pero Cecilia, ¿y si sube tu mami?

- Ta, ta, ta, ya te lo dije, unos besitos primero.

Uuuuh, ¿Qué le pasa hoy?, es cierto que le gustan mucho estos juegos, pero nunca corriendo tanto riesgo. En fin, ya me conocen y saben que voy a reaccionar de una sola manera ante este pedido suyo.

En menos de un suspiro, me arrodillé a un lado de su cama, tomé sus piernas y las puse sobre mis hombros, así quedó al alcance de mi boca su cosita ya no húmeda si no que más bien muuuy mojada. Se muy bien cuanto le gusta que primero introduzca mi lengua todo lo que pueda entre sus labios hinchados, para que después le acaricie su botoncito rosado con ella. Y algo más que no les he contado, esto lo hemos ido perfeccionando y ahora le encanta que mientras mi lengua juguetea allí, presione con la yema de mi dedo pulgar su diminuto hoyito trasero. Si, no saben como palpita esa estrellita cuando alcanza el orgasmo.

- Bix, bix, mi bixito, yo, uy, yoooo, uuuh, siiiiiii.. Aaaah..!!!

Cielos, si no duró ni un minuto. Wow..!!, de verdad no me explico que le pasa, generalmente esto dura un ratito más. Pero, no tiene ninguna importancia, si es feliz con esto, más feliz me siento yo de hacerla así dichosa.

- ¡¡ Apúrensele niños Por Dios ¡!, no tengo toda la mañana, ya bajen al tiro antes que los baje yo.

- Voy, voy, doña Julia, estoy en el baño.

- Vístete rápido amorcito, tu mamá ya está enojada. Y baja corriendo antes que yo pueda bajar.

- ¿y por qué no bajas tu primero?

- Como quieres que lo haga, mira, ¿ves como está mi compañero?, así tu mamá se dará cuenta que no solo te estaba despertando.

- Ji,ji,ji, hay mi bixito, tu nunca cambias, y menos ese bribón que tienes allí abajo.

Ya de vuelta a la realidad, y mascullando mis penas (era que no si me quedé con las ganas), bajamos a desayunar, luego nos dedicamos a hacer las camas y aseo, todo muy rapidito, ya que se acercaba la hora de irnos al pueblo a esperar las visitas.

Y aquí estamos, en la Estación, esperando que llegue el tren, no se porqué pero el ambiente está un poco tenso, estoy un tanto nervioso y Cecilia me mira y me mira como si algo no estuviera bien, de pronto se me acercó y me dijo despacito.

- Bixito mi amor. No olvides tu promesa, no te volverás a enredar con Teresa.

No le alcancé a contestar ya que en ese momento llegó el tren. En una de las ventanas venía Teresa asomada, agitando sus brazos y con una sonrisa de oreja a oreja, a su lado se veía una carita morena, diablos si que se parecían, tenía que ser la Chabela.

- Primita, primita, ya llegamos ( esa es Tere)

- Hola Cecilia, soy la Chabela

- Hola bix, ¿Cómo estas bandido?

- Uh, ¿asi que tu eres bix?, Tere me ha hablado mucho de ti, soy Isabel, la Chabela o la Chaby como me dicen todos

Besitos van, besitos vienen, todo envuelto en una gran algarabía, abrazos entre las primas y al tío el buenazo de don José, yo también recibí unos cuantos y en un leve descuido un tremendo bezote en la boca de parte de Tere.

Diablos, esto significaba una sola cosa.

Tendría problemas después.

Pero me detengo un momento para describirles a Chaby, a Cecilia y a Teresa ya las conocen de mi historia anterior (Teresa).

Si Cecilia es blanca y rubia y Tere una beldad morena, la Chaby es morena pero muy morena, de piel muy oscura y al igual que su hermana tiene un cuerpecito perfecto. Uy y como camina esta chica, si es la sensualidad vestida de short y polera, Ay señor, pobre de mi. Una de dos, o estoy en el Paraíso con estos tres angelitos o estoy en el Infierno con tres diablillas. Una novia, una chica que su mirada me dice “te deseo” y otra chica que es una verdadera tentación.

En fin, como la vez anterior, cogí cuantas maletas pude y salí a la siga de ellas, ya todos en el auto, esta vez me toco adelante,(no cabíamos los 4 atrás, una verdadera pena) las primitas se fueron chachareando, que esto, que aquello, que la tía, que el tío, que la enfermedad de la Chabela, en fin, ya conocen a las chicas, la cosa es que en todo el camino no pararon de hablar.

Don José, me miraba y sonreía, solo un comentario me hizo, “estas tres te van a volver loco bix”. Palabras muy sabias, si, me volverían loco, pero no en el sentido que él imaginaba.

Ya en casa y después de los abrazos y besos a la tía y los típicos “¿Cómo quedaron tus padres?” y las preguntas sobre los otros familiares, pasamos a la mesa a almorzar, la verdad es que Cecilia estaba feliz con sus primas, y yo quedaba en un segundo plano, pero solo ver la alegría que ella sentía, me dejaba contento y no abrigué ningún resentimiento. Todo era armonía y una alegría desbordante flotaba por todas partes. Ya después del almuerzo, Teresa dijo:

- Ya, vámos al río, el viaje fue largo y un baño nos vendrá super bien.

- Si, yo quiero conocer su lugarcito que tienen aquí para bañarse, Tere me dijo que era lindo y muy privado.

- Claro primitas, vamos. ¿Qué dices tu bix?

- ¿yo?, pero claro que vamos, además con el calor que hace.

Dicho y hecho, cada uno partió a su cuarto a recoger sus toallas y bañadores y partimos al estero.

No bien llegamos allí. Nos quitamos la ropa y nos pusimos nuestros bañadores, ¡ ahí mismo comenzaron mis problemas.!

Cecilia y Teresa se quedaron solo con la parte inferior, bueno eso no tenía nada de raro, no era la primera vez que lo hacían estando yo con ellas, pero, ¡¡ La Chaby ¡! Dios mío, se desnudó en presencia mía. Y se quedó de lo más campante. Cecilia puso una cara, y Teresa hizo lo mismo. Yo quedé con la boca abierta.

- Pero, pero, ¿porqué me miran así?. Si la Tere me dijo que se bañaban desnudos.

- Uh, pero primita, ¿no te da vergüenza que te vea bix?

- No, ¿ y como Uds?

- Pero hermana, nosotros nos pusimos la parte de abajo

- Ya, como si bix no les hubiera visto sus cositas, pero en fin, me pondré la parte de abajo yo también.

Mientras ellas hablaban, yo sufría, mi compañero, se había erguido a más no poder y no lo podía contener. De pronto las tres se fijaron en mi estado y Tere exclamó.


- Ja,ja,ja, bix, tu no cambias para nada. Vamos metámonos al agua antes que ese reviente.
- Ay, amor mío, ¿Qué voy hacer contigo? Hasta con el pensamiento me engañas.



Capítulo 3



Bueno, menos mal que nos metimos al agua, así pude disimular un poco lo excitado que estaba. La verdad es que lo que había visto de Chaby, me tenía soñando despierto. Su cosita era tan distinta a la de ellas, no solo por su color (si parecía de chocolate) si no también por esa mata de vellos que cubrían su pubis. Pero si eran marrones y casi se confundían en su piel morena.

Mi mente volaba imaginándome entre sus piernas, y mientras así soñaba, mi compañero pese al agua que estaba fría, se erguía y erguía que ya casi me dolía.

En fin, transcurridos unos minutos y de vuelta a la realidad, nos dedicamos a bañarnos, a reír y a jugar, que lindo es tener esta edad, en que si bien es cierto algunas cosas las tomas muy en serio, sigues siendo un niño alegre y travieso.

- Vamos primas, hagamos una competencia de nado.(es Cecilia)

- ¡¡¡ Wiiii ¡!!, si, una carrera desde aquí hasta el sauce seco.

- Eso, eso, yo también participo (agregué yo).

- Pero Bix (dijo Tere) tienes que darnos ventaja.

- Okay, no hay problema, yo me alejo unos 10 metros.

Dicho y hecho, total, eran unos 50 metros los que tendríamos que nadar, y creo que no tendré problemas en ganarles. Salimos a todo dar, apenas íbamos por la mitad cuando alcancé a Cecilia, de picota no más, me dio un empujón que me hizo perder unos metros, pero igual la sobrepasé, ya con eso me puse a la par de Teresa, la cual desvió su camino y se atravesó por delante, pero yo quería ganar así es que como pude, cogí su bañador y se lo bajé lo más que pude. Fue una medida genial, se tuvo que detener para volver a acomodárselo.

- Tramposo, me gritó Cecilia, que me volvió a alcanzar.

- Ya verás Bix lo que te voy hacer, me amenazó Teresa

Sin hacerles caso fui en pos de la Chaby, ¡¡ Wow ¡!, esta chica si que es buena, nada mejor que un pez. Nadamos y nadamos hasta que por fin la alcancé poco antes de llegar a nuestra meta.

- ¡¡ Gané, gané, gané ¡!

Fue todo lo que pude decir, ellas también llegaron y se abalanzaron sobre mi. Cielos, se tiraron encima mío y me sumergieron en el agua. Diablos, eran las tres al mismo tiempo y por más que pataleaba y luchaba a brazo limpio, no podía contra ellas. Apenas pude tomar una bocanada de aire, fue mi turno de desquitarme.

Sin hacer distingos de ninguna clase, cogí a la mas cercana y junto con sumergirla le bajé su bañador (menos mal que fue Cecilia la primera).

En eso estaba cuando me cayeron las otras dos, y fue mi turno de quedarme desnudo ( la verdad no ofrecí mucha resistencia). Todo esto entre risas y carcajadas, sin ninguna maldad. Que felices éramos jugueteando así en el agua. Teresa, se quitó su bañador ella solita, la Chaby nos quedó mirando, pero antes que hiciera nada, Cecilia y Teresa fueron tras ella, tampoco opuso resistencia, y quedamos todos desnudos.

Bueno, así estuvimos jugando un largo rato, todo alegría, nada de bromas pesadas, solo éramos niños disfrutando del verano, desnudos es cierto, pero jugando y jugando de una forma tal que rayaba en la inocencia. Más tarde y un tanto cansados, nos salimos del río y nos tendimos en el pasto.

Hasta ahí llegó la inocencia, tenía ante mi 3 cuerpos desnudos, ¿Cómo esperaban que reaccionara?, por supuesto, de la forma que dicta la naturaleza. Ya no había nada que imaginar ( como me envidian ¿verdad?). Si, si, mi compañero reaccionó de la misma forma que le pasaría a cualquier chico en una situación igual. Me puse boca abajo, para disimular mi estado, Cecilia, se dio cuenta y tuvo una reacción que ahora me explico. Se acercó a mi lado, se tendió de costado, me abrazó y además puso una pierna sobre las mías.

Era su forma de decirle a sus primas, que yo le pertenecía.

- Oye prima, no hagas eso, no vengas a contar dinero delante de los pobres, así reaccionó Teresa.

- Uh, ¿ son novios? Preguntó Chabela

- Si primita, Bix es mi novio, mi amante, mi amor y mi todo.

- Hmmm, no esta nada de mal tu novio, ¿la tía lo sabe?

- Estas loca, si mi mamá se entera, me mata, ella piensa que somos amigos y como nos conocemos de chiquititos, ni siquiera imagina que podría pasar algo así entre nosotros.

La verdad esta conversación entre chicas fue bastante larga, tocaron casi todos los temas, y ante la insistencia de la Chaby, Cecilia le contó bastantes cosas íntimas, es cierto que se ruborizaba entera, pero era como si le estuviera diciendo, es mío, no lo toques. Je,je,je, ahí me mostró toda su faceta posesiva. Sin embargo algo no parecía andar bien ( así al menos así lo veía yo), Chaby insistía e insistía en querer saber más y más, pero su atención se centraba en las reacciones Cecilia, como si yo no contara para nada, pero pronto dejé de prestarles atención .

Teresa calladamente y en forma sigilosa, se puso casi frente mío y en forma disimulada exhibía su cosita en todo su esplendor, para deleite de mis ojos.

Demonios, estaba excitadísimo imaginando cosas, mi mente divagaba y me perdía en su sexo, trataba de inventar alguna estratagema que me permitiera quedarme con Teresa a solas, pero por otro lado Uff, si que estaba incómodo. Claro, si mi pobre compañero esta que reventaba, ya casi desesperado, además aplastado contra el pasto y no solo por mi peso, si no que también por el Cecilia, que a estas alturas ya estaba prácticamente sobre mi haciendo presión con su cosita sobre mi piel.

¿ Me entienden ahora el porque de mi incomodidad ?. Frente a mis ojos la vagina morenita de Teresa y por otro lado la de Cecilia (que sentía húmeda) presionando uno de mis cachetes y para peor de los males al alcance de mis ojos la que parecía de chocolate de la Chaby. Y para rematar todo, la conversación de las chicas era sobre sexo explícito. Si más parecía una tortura china.

Así, estuvimos un largísimo rato, después nos fuimos al agua nuevamente pero todos estábamos como nerviosos, yo muy excitado, Cecilia se me pegaba como si fuera un imán, Teresa aprovechaba cualquier descuido para darme una miradas prometedoras y la Chaby como que no quiere la cosa, me dio un agarrón.

Diablos si parecían gatas en celo, y para desgracia mía, yo tenía dueña.

En fin, de pronto Cecilia no se pudo aguantar más, se estrechó contra mi cuerpo y me

dijo :

- quiero que me hagas tuya, pero ahora.

- Si amorcito, yo también quiero, pero ¿y tus primas?

- No me importan mis primas, ven vamos allá detrás de esos arbustos.

- Si es lo que deseas, vamos.

Salimos del agua cogidos de la mano, bajo la mirada un tanto burlona de las otras chicas. No bien nos perdimos de vista, nos abalanzamos el uno contra el otro, la poseí con furia y urgencia, ella correspondía con todo, no duramos ni un minuto, y en medio de gemidos y suspiros fuimos una vez más el uno del otro.

- Mi Bixito querido ¿Qué voy hacer contigo?, ¿Crees que no me di cuenta como mirabas a Tere.?

- Perdóname amorcito, ¿Qué querías que hiciera? Tu viste que lo hizo a propósito.

- Si lo sé, por eso no te regaño, pero tengo miedo que Teresa se salga con la suya, y tu eres un bandido. Se que si tienes la oportunidad, me vas a engañar.

- Además no me lo niegues, en el río me di cuenta que la Chaby tomó eso que es solo mío y tu quedaste haciéndote el leso.

Yo me quedé calladito, que bien me conocía mi amorcito, además yo estaba que cortaba las huinchas por quedarme un rato a solas con Teresa. Si, si, si lo reconozco, soy un bribón, pero me pregunto ¿quién no estaría igual que yo?.

- Mira mi amorcito, te conozco, así que haremos un trato, te dejaré que juegues con ellas, soportaré que las beses y manosees, pero si te pillo haciendo algo más, te juro que me perderás para siempre. Sabes muy bien que te amo, sabes que haría cualquier cosa por ti, pero si te acuestas con una de ellas, eso no te lo perdonaré nunca.

Después de ese sermón, nos paramos y regresamos con las chicas. Allí fue cuando quedó la grande, ambas se quedaron mirando a Cecilia con una sonrisa burlona, esta se puso más roja que un tomate y yo hice lo mismo. De pronto ambas hermanas estallaron en carcajadas.

- ¡¡ Pero que par de calientes ¡!

- Cecilia , prima por Dios, esto no te lo conocía.

- Vamos par de cochinos, mírense como vienen, tu cosita viene chorreando y tu aparato Bix está todo sucio.

- Ja,ja,ja,, Oye Chaby, llevemos a este par de cochinos a lavarse al río.

- Pero primita querida ¿no te pudiste aguantar?

Y ahí estábamos Cecilia y yo, cual de los dos más apenados ante las burlas del parcito, pero por otro lado la tensión del momento había pasado. Luego nos tomaron de la mano y nos llevaron al agua, Chaby se encargó de mi Cecy, esta se puso roja cuando le lavó su cosita, me miraba con una cara de angustia, pero se dejó hacer. A mi me cogió Tere a su cargo (ni que decir que me encantó que fuera ella). Claro que se le pasó la mano, se dedicó con tanto esmero a lavar mi compañero que ligerito lo tenía tieso de nuevo. Pero muy luego llegó Cecilia al rescate, y hasta allí llegó mi alegría.

Ya después calmados los ánimos y las pasiones, nos vestimos y regresamos a casa.

Las tres juntitas y abrazadas y yo como de costumbre, unos pasos más atrás disfrutando de ese triple “paisaje” que generosamente se meneaba ante mi.
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